EDUCACIÓN

ENSAYO LA PRIMERA ESCUELA MI FAMILIA

Por Juan Javier Arroyo C.

11 de diciembre de 2018

 En una sociedad globalizada es un hecho innegable los grandes desafíos que se imponen en la formación de los niños. Un verdadero reto educar en tiempos sobre los cuales a edades tempranas se incursiona en el mundo de la tecnología e información. En este contexto juega un rol fundamental la buena educación en el círculo de la familia, ya que es el mejor entorno para ayudar a solucionar la problemática referente al irrespeto en las aulas escolares, el impacto negativo del internet y la televisión, y otras situaciones que aquejan a la humanidad de este siglo. Es indudable, que la educación para su éxito hoy en día, necesita de la familia en su rol protagónico como la primera escuela inculcadora de valores.

Ciertamente, los primeros aprendizajes de la vida tienen sus inicios en los entornos familiares, y es allí donde se sientan las bases para la práctica de valores como el respeto, responsabilidad, amor, solidaridad, cooperación y justicia, con influencia en la generación de medios favorables hacia la sana convivencia en la sociedad y centros educativos.

Resultados de varios estudios muestran que a los niños que tienen una buena relación con sus padres les tiende a ir mejor en el colegio. Las experiencias familiares se asocian a la adaptación a la escuela, incluyendo la relación madre-hijo y las interacciones del niño o adolescente con los miembros de su familia (Lau y Leung 1992, citados por Jadue 2003). Los procesos afectivos intrafamiliares, la ayuda otorgada por los padres para un buen desempeño escolar, el refuerzo dado a las notas y las expectativas de un buen rendimiento del hijo ayudan y colaboran para que éstos últimos se desempeñen mejor en la escuela (Pitiyanuwat y Reed 1994, citados por Jadue 2003).

La familia ejerce una poderosa influencia en la educación de los hijos. Los padres juegan un rol fundamental en el proceso enseñanza-aprendizaje, ya que si se preocupan de la educación de sus hijos y colaboran con los profesores, los niños presentan buen rendimiento y se adaptan fácilmente a la escuela. Por este motivo, numerosos estudios indican la necesidad de incorporar a los padres de familia a la tarea que cumple la escuela (De Castro 1996Fuenzalida y Jiménez 1994Gligo 1996Kotliarenco y col. 1995Mc Lanahan 1985Ramey y Campbell 1984, citados por Jadue 2003).

Cuando a la educación de los niños se incorpora el apoyo familiar, los resultados son significativamente más eficaces que cuando se trabaja solamente con alumnos (Wang 1995Jadue 1996a, citados por Jadue 2003). La implicación de la familia en la tarea educativa comprende no solo una participación activa de los padres en los proyectos educativos de la escuela, sino además como mediadores del aprendizaje (Arancibia 1996Williams y Chaukin 1989, citados por Jadue 2003). Este compromiso implica compartir la información, asistir como voluntario a la escuela, ayudar a los hijos en la casa. Los padres, como primeros profesores de los niños, juegan un papel muy significativo en el proceso de aprendizaje y de socialización.

Griffin (2004) dirige a los padres, algunas ideas para emprender con amor en esta apasionada y nada fácil tarea de inculcar una buena educación a los hijos. El amor es el motor que impulsa una convivencia feliz en el hogar, y en ese marco los padres de familia constituyen los maestros más idóneos para inculcar valores y principios de vida.

He aquí una primera idea “Eduquen a sus hijos como amigos… no como enemigos”. Ser amigo del hijo implica divertirse juntos, escuchar mucho, hablar con suavidad y lentitud y enseñarles cosas que no aprenden de ninguna otra persona. Ser amigo es una clave importante para la crianza efectiva. Los buenos amigos se escuchan, ayudan cuando pueden, pero permanecen en el mismo nivel sin que ninguno de los dos se haga cargo del otro. Ganarse la confianza y el respeto, se logrará vender muchos valores. Así que es una gran ventaja que los padres sean amigos de los hijos, con muchas probabilidades de ayudarle al niño a resolver los problemas de la vida mediante valores que quieran compartir (p.2). 

Una segunda idea “Hagan del hogar un lugar agradable para sus hijos”. Aunque todos los padres quieren hogares felices, son muy pocos los que trabajan en pro de que ese deseo se cumpla. La verdadera clave está en concentrarse en hacer feliz a su pareja. Piensen en lo que sucedería  si siempre se cortejaran como cuando se acababan de conocer. Piensen en cómo sería su hogar si trataran  a su cónyuge como lo trataran cuando estaban empezando a conocerse. Los padres que son felices entre sí benefician a toda la familia porque los padres malhumorados vuelven a sus hijos malhumorados. El mal humor es más contagioso que el estreptococo. Los padres que se aman y tratan de tener un hogar feliz a veces tienen hijos malhumorados, pero los padres, en gran parte, dan la nota. Ustedes pueden realmente hacer que su hogar sea un refugio, Pueden hacerlo un puerto seguro. El mundo es duro. Los niños reciben golpes en el vecindario, si no por pandillas, sí por parte de los niños que deberían ser sus amigos (p.49).

Para la mejora en los procesos de trabajo escolar escuela – familia, es una excelente alternativa los programas de escuelas para padres, ya que son orientadores de la formación pedagógica de los estudiantes desde el hogar, y además brindan espacios de diálogo en los cuales se comparte experiencias vividas de las familias, con la intención de concertar las mejores ideas hacia la construcción de una cultura educativa también desde el hogar, con resultados positivos en la promoción de una escuela que enseña en ambientes de solidaridad, cooperación, respeto, y convivencia armónica.

 

Bibliografía

 Glen C. Griffin, M.D. (2000). Grupo Editorial Norma. La Educación se recibe en casa. Nueve Principios para los padres de hoy.2000. Bogotá Colombia.

 Jadue G. (2003). Transformaciones familiares en Chile: Riesgo creciente para el desarrollo emocional, psicosocial y la educación de los hijos. Instituto de Filosofía y Estudios Educacionales, Facultad de Filosofía y Humanidades Austral de Chile, Casilla 567, Valdivia, Chile. Recuperado de https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0718-07052003000100008&script=sci_arttext

Fuente de fotografía : https://unsplash.com/collections/2183365/ninos