Por José Ignacio Reynel Gracia
Niños:
En este invierno de letras
¡que sean bienvenidos los números!
Que el cerebro preñe
en el jardín de sus encantos,
que se llene de rosas
¡hasta cubrir su desnudez con alfabeto!
Padres:
Es la hora de echar las simientes.
Pronto este surco dará plantas
y florecerán
en la esperanza de cada aurora;
Ustedes,
antorchas fulgentes de amor
alumbrarán este segmento
de tierra fecunda.
Yo
entregaré mi savia;
abonaré esta Patria de frutos dorados
con cristalinas gotas de conocimientos.
Infantes de frágiles corpiños:
Este retozar
en cada mañana que florece
me hechiza
y me da por volver al pasado;
por recordar al maestro
que en holocausto perenne
sembraba azucenas en mi pecho
y así, en soliloquio
repaso las canciones de mi infancia
que ahora vosotros poseéis
dignamente.
¡Ah los amigos del “pepo”!
¡Ah las pelotas de trapo!
¡Ah las caritas sucias!
que en verdes vidas
se inmiscuyen en la maraña
con el viento
a buscar la primavera.
¡Ah las frescas canciones!
erguidas como las estrellas
y libres como los pájaros.
Padres:
Estas espigas aladas
aún no prueban el sabor amargo
de la injusticia,
aún no saben nada
de la deuna externa,
aún no descubren
LA LIBERTAD ACANTILADA;
Nacieron libres -aparentemente,
Inocentes.
Por todo eso
¡dejadlo!
florecer en las mañanas
vestidos de blanco
como pajarillos acosados por el viento,
¡dejadlos!
con sus manos de palomas inquietas
participar del tropel y la polvareda,
¡dejadlos!
correr hacia este paraje sosegado
con sus libros bajo los brazos,
donde les espera
este insurrecto puño solidario.
Yo les enseñaré
los límites de las tierras ajenas
que siembra el campesino,
les llevaré
al chapotear constante del pescador
al vaivén de las olas con peces;
yo aré de ellos
nuevos puños consecuentes
y juntos nos entrenaremos
para golpear las fauces
de la bestia imperialista.
Escuela «La Condamine»
(Unidocente)
Primero día de clases (1981)
Poemario Inédito
La Libertad Acantilada, 1982
José Ignacio Reynel Gracia